A veces creemos que cuando atravesamos momentos difíciles – una
enfermedad, la pérdida de un ser querido, un problema económico, una
desilusión amorosa, etc. – que Dios nos ha abandonado, que no nos ama,
que nos ha olvidado, y un sin fin de cosas, y experimentamos
sentimientos de angustia, tristeza y hasta rebeldía, llegando incluso en
casos extremos a renegar de la existencia de Dios.
Pues déjame decirte que, precisamente en aquellos momentos de mayor tribulación y desesperación Dios está contigo.
¡Sí! Dios está a tu lado.
Que cuando sientes que tu cruz es demasiado pesada y ya no
puedes más, Él te tomará en sus brazos y te dará la tibieza de su regazo
y de su amor infinito, porque Dios nunca nos abandona, solo nos pone a
prueba para conocer que tan grande es nuestra fe, nuestra convicción y
nuestra confianza…
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